Un pedigrí.
París, octubre de 1942. Un hombre y una mujer se conocen durante la ocupación de la ciudad. Él es un judío de origen toscano, ella una belga que persigue el sueño de convertirse en bailarina. Se casan y tienen dos hijos, uno de los cuales es Patrick Modiano. Durante veinte años viven juntos en un piso del muelle de Conti. A su alrededor, un mundo de personajes extraños: hombres de negocios cuyas tareas son siempre misteriosas, actrices de tres al cuarto dispuestas a cualquier cosa, aman-tes de personajes famosos, alcahuetes y aristócratas decadentes de dudosa sexualidad. Son hombres y mujeres que intentan huir de la guerra y las deportaciones, y tratan de arreglárselas en la difícil existencia de la posguerra. Un universo de rostros con el que Modiano reconstruye un carné de identidad personal. Pero también el cuadro de una época extraña en la que se presiente el desastre. Un texto autobiográfico clave para entender la obra de este extraordinario autor.
Villa Triste.
Principios de los años sesenta. Un joven de dieciocho años, bajo la identidad de conde Victor Chmara, se oculta del horror de la guerra franco-argelina en una ciudad de provincias. Chmara conoce a Yvonne, una joven actriz con la que iniciará una historia de amor, y a su mano derecha, René Meinthe, un médico homosexual. Y con ellos Victor se introduce en ese círculo de gente mundana que se reúne en la estación termal y que vive de espaldas a la Francia poscolonial de los años sesenta... Pero las cosas no son lo que parecen. Descubrimos que la mirada del narrador salta entre el presente y un pasado idealizado por la memoria. Y cuando el presente desvela unas cuantas verdades sorprendentes sobre Yvonne y René Meint-he, el relato de aquel amor de verano es una oda a la belleza de la juventud, pero también la crónica de una sociedad que no se hace cargo de su historia reciente.
La hierba de las noches.
En La hierba de las noches, Modiano nos invita, como en otras de sus novelas, a un intenso viaje por un París espectral. La ciudad se configura como una geografía interior, hecha de capas de tiempo que se confunden y entremezclan en esa evocación y búsqueda del tiempo perdido que hace Jean, el protagonista de la novela, escritor y tal vez álter ego del propio Modiano. Jean reconstruye en su escritura los fragmentos de su juventud, en los años sesenta, capturados en una libreta negra; abre una brecha en el tiempo y describe su deriva por la ciudad recordada, sigue el rastro de los ausentes e intenta resolver el misterio de un pasado lleno de interrogantes. Y traza una ruta, que oscila entre el hoy y el ayer, siguiendo la pista de una turbia historia de tintes policiales –en la que aparece un leitmotiv del universo modianesco, la exploración del pútrido territorio de la Ocupación– pero también el recuerdo de Dannie, un viejo amor.
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